Resulta muy curioso ver cómo ha evolucionado desde los modelos más básicos, con un conjunto de condensadores que se cargan tan pronto se conecta a un puerto USB y van provocando continuas descargas -fácilmente de 4 a 8 por segundo- hasta las nuevas versiones con adaptadores para puertos HDMI, con batería interna (por lo que pueden fastidiar incluso con el equipo víctima apagado) o con diferentes modos de disparo como:
- Control remoto, hasta 100m. del dispositivo,
- Control desde un smartphone,
- Temporizado (hasta 200 días),
- Activador magnético que se camufla como un anillo,
- Clásico (plug & zap) que descarga nada más conectarlo al equipo.
Un vídeo demostrativo de la v4 no apto para personas sensibles.
► Mostrar Spoiler
Cierto es que los tapones de bloqueo con llave son más asequibles pero deben aplicarse a todos los puertos USB y HDMI y asegurar los que queden conectados para que sea físicamente imposible extraerlos.
En el mismo sentido estudié diseñar un dispositivo para detectarlos pero, aparte de ser caros y complejos (~30-40€ placa y componentes), solo detectan los del tipo plug & zap (conectar y freír) y con la nueva v4 pierden toda su efectividad puesto que pueden programarse para que permanezcan desactivados cierto tiempo o controlarse de forma remota.
¿Os habéis planteado por curiosidad cómo prevenir este tipo de incidencias? Me encantaría conocer qué soluciones veis posibles.