Es aun peor. Incluso mi hijo que se vio las dos primeras, y por inercia la tercera, ha visto la cuarta mirando el móvil a la vez.
Es que es un despropósito. Un ejemplo: la hija (mala actora, mala karateka, mala todo), tiene que hacer una cosa. No se atreve, no hay manera, ni ella ni el resto. Pero de negarse a muerte. Que no, que no, todo el episodio así. Y "de repente", se acuerda de una frase estúpida y... toma épica con música de fondo y cámara lenta, haciendo lo que el profe le había pedido desde el principio del episodio. Y luego, todos los demas, que estaban lloriqueando todo el episodio. Una especie de woman power que surge de... nada. Porque no pasa nada. Se tiran todo el episodio lloriqueando en una terraza.
Y así todo. Son super amigos del alma, inseparables, pero de repente uno pilla al otro diciendo una frase fuera de contexto y... ¡enemigos irreconciliables para siempre! No un "nos hemos enfadado, pero somos amigos, podremos con esto". No, pasan del amor incondicional al odio visceral, así, por una frase tonta de adolescente.
En fin, que al principio aun las tonterías que le pasan al "karate kid real" salvaban la serie, pero... sólo ver la evolución, y sobre todo "la milagrosa curación" de uno de los personajes principales te saca de la serie. Es todo estúpido, cogido por los pelos, o ni siquiera. Hay más guión en un episodio de dragon ball que en toda la serie esta junta.
Y no os penséis que la odio... las dos primeras temporadas me gustaron (al final de la segunda ya empezaba a torcerse, pero bueno, aun no te "duele"), pero la tercera y cuarta son como el mismo episodio durante 5 horas.
En serio, dejadla en la segunda, no vale la pena ir más lejos.
Un saludo.